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Sociedad
5 Oct 2019

Alicia Bozzi: "En el escenario se ve quién hace Barra a Terre"

La técnica que identifica a Estudio Ensayo tiene secretos que solo Alicia Bozzi conoce. La Barra a Terre ayuda a conocer el cuerpo y naturalizar los movimientos más difíciles de la danza: "Fue creada para mejorar el funcionamiento, la técnica, la mecánica del bailarín clásico", explicó la bailarina a Castelar Digital.
La música se escucha calma pero siempre presente, inundando todo el ambiente. El espejo sorprende a los visitantes pero es una herramienta para la decena de alumnas que repite posturas elegantes tomadas de la barra amurada a la pared. El salón de baile de Estudio Ensayo está impecable y su piso de madera se muestra ansioso por la siguiente clase: Barra a Terre
La danza podría explicarse como la disciplina, técnica y arte de expresión física, acompañada por música, en un espacio determinado. Pero una simple explicación deja de lado la emoción, el significado y la vocación que conlleva la danza. Su buena ejecución exige ejercicio, práctica, virtud y belleza. Entre las muchas técnicas que se aplican al aprendizaje de la danza hay una en particular que se manifiesta en Castelar ganando terreno y aficionados. La Barra a Terre es una técnica de entrenamiento, aprendizaje y hasta rehabilitación, con ejercicios focalizados replicando sobre el piso del salón las posiciones y movimientos que los bailarines realizan de pie ayudados con la barra de la pared. Castelar Digital buscó a la bailarina, profesora de danza y especialista en Barra a Terre Alicia Bozzi para conocer más sobre esta técnica: “la Barra a Terre es un término francés que significa barra al piso, se refiere a la barra de clásico pero con ejercicios en el piso. Fue creada para mejorar el funcionamiento, la técnica, la mecánica del bailarín clásico, en sus principios. Es una fusión entre el yoga, kinesiología y algo de pilates porque tienen ejercicios similares”.

 

“Barra a Terre apunta a mejorar la postura del bailarín”


Estudio Ensayo se encuentra en pleno centro de Castelar, en Carlos Casares 1159 a metros de Marqués de Loreto. Un típico chalet de Castelar da lugar al salón de baile que dirige la profesora Alicia Bozzi: “Barra a Terre apunta a mejorar la postura del bailarín, cualquier problema postural que tenga la bailarina. Hay chicos que tienen la columna muy curva o escoliosis, arcos vencidos, rodillas que se juntan…. con la Barra a Terre se logra alinear todo lo que tenga que ver con el eje. Esta técnica cuando fue creada fue pensada para los problemas que tenían los bailarines que se rompían meniscos, se caían de las puntas de los pies, dificultades en la rotación que en clásico es necesario. Se empezó a estudiar anatómicamente la danza clásica. El bailarín tiene que tener muchas condiciones pero la danza muchas veces va en contra de la naturaleza, de cómo tenemos preparado el cuerpo. Con la Barra a Terre se logró acercar lo anatómico, lo que viene natural y darle herramientas al alumnos para que pueda ejecutar la danza clásica, teniendo quizás problemas y corregirlos por el lado de la anatomía y no forzando. Por ejemplo, tenés que cerrar quinta aunque te duela, tenés que cerrar quinta, pero la quinta la cerramos rotando las cabezas de fémur, no rotando los pies. Esto antiguamente no te lo decían y el que no tenía esa posibilidad, esa rotación natural, se rompía los meniscos”, detalló la profesora.

Alicia Bozzi brinda clases de Barra a Terre y de danza en general en su propio salón pero está acompañada por otros bailarines como Luciana Mendola, Elizabeth Moglia y Gastón Cabrera, todos provenientes de la Escuela Municipal de Danza ‘José Neglia’. También enseña en Estudio Ensayo la bailarina María Victoria Bearzi quien empezó danza a los 3 años y hoy, con 18 ya enseña en el estudio de Alicia a las más chiquitas bailarinas y es una promesa de la danza en el oeste del conurbano: “la danza es una forma de vida. Yo me acuerdo el primer día, tenía tres años y fui a un instituto cerca de casa. Nunca dejé, para mí es muy especial, la siento, me apasiona. La sensación de estar en el escenario, sentir que estás bailando desde adentro. Yo le digo a mis alumnas chiquitas que es jugar y bailar, les digo que es una sensación única. Sostengo que es una forma de vida porque clásico es exigente, al día de hoy soy súper auto exigente, súper estructurada. Tratando de hacer siempre todo lo mejor en el mejor tiempo”, contó a Castelar Digital Bearzi y completó, “Barra Terre hace un cambio. Yo empecé de chica y ahora no me cuesta tener flexibilidad en las piernas, en la espalda. Todo con lo que puedas decorar un paso básico te da la diferencia. Es el virtuosismo”.

Del juego a la vocación

El curriculum de Alicia Bozzi es extenso y difícil de resumir. Sus primeros pasos de baile en un salón los dio antes de cumplir los tres años y dedicó su vida por completo a la danza y a la enseñanza de danza. A la formación como bailarina sumó la formación como profesora y tomó todo tipo de clases, talleres, de distintas disciplinas y estilos que sumaran a su carrera, integró distintos ballet y hasta tuvo su paso por Europa aprendiendo y enseñando, pero todo comenzó en su casa natal: “Tenía dos años y medio, prendía la tele y me ponía a bailar, como hacen muchos chicos, miraba a Lolita Torres y le lloraba a mi mamá para que me lleve a hacer danza, pero era chiquita. Como había mucho prejuicio sobre la danza y mostrar las piernas, era la década del 60, ¿a dónde me mandó? a la academia de la vecina pero con dos años y medio me anotó en folklore. ¡Yo quería castañuelas, tutú, quería bailar! Aprendí a bailar el gato… seguía pasando el tiempo y no quería ir mas a folklore. A los siete años un día me escapé me crucé a la vuelta de casa a lo de una chica que yo conocía que estudiaba en la Academia de la Comesaña que estaba en San Justo que era muy famosa y le dije ‘quiero que me enseñes danza’. Corría la cama, la mesita de luz y me daba danza. Me compré unas zapatillitas negras con tiritas y las llevaba colgadas re contenta. Era difícil estudiar danza en esa época. Un día mi mamá se da cuenta y me dice, a los 9 años, si te gusta tanto la danza te voy a llevar a que aprendas en serio. Me llevó a la Escuela Municipal de Morón, pero daban un curso de danza, no era aun el José Neglia. Había buenos maestros pero era la escuela municipal, no te daba un título, eran solo 6 años”, narró a este medio la vecina.

“Fui directora 20 años del ballet de la Escuela de Danza de Morón”


Para profesionalizar su vocación debió buscar otras instituciones que le brindaran la enseñanza que buscaba: “Tuve que empezar la Escuela Nacional de Danza otra vez a los 16 años, desde preparatorio, pero era la única escuela nacional en Sudamérica, no había otra. En total me comí nueve años más de carrera. Me recibí a los 25 años y el mismo día que volvía de rendir me crucé en el tren con Norberto Guillandú que había sido el director del Jose Neglia y mi maestro. Me vio en el tren, le mostré que me había recibido y me dijo ‘venite a la escuela, se oficializó, quiero que seas docente’. Eso fue en diciembre y en marzo empecé en la escuela. Entré en Abril de 1983 y me jubilé en marzo de 2013. Después con la Barra a Terre me seguían las alumnas y puse un estudio en Haedo. Alquilé una casa vieja frente a la parroquia Sagrada Familia pero a los 22 años me fui a Europa a estudiar danza, a Bélgica y se perdieron las alumnas, cuando volví terminé la escuela nacional y empecé a trabajar en la escuela de Morón pero en ese ínterin abrí otro estudio en Haedo y tenía muchas alumnas, porque tenía el ballet Nueva Era, fui directora 20 años del ballet de la escuela de danza de Morón y entonces todas las chicas tenían que perfeccionarse y tomar más clases, y como no había en la zona, y para no ir a Capital, venían a mi estudio y les inculcaba el Barra Terre”, explicó la bailarina.

Del mundo a Castelar

Con la jubilación llegó el descanso, pero con el descanso llegó el aburrimiento y Alicia no se pudo quedar quieta. En la casa de sus padres construyó un nuevo salón de baile donde instaló Estudio Ensayo y donde volvió a enseñar Barra a Terre tal cual lo aprendió de Nenúfar Fleitas, mentora y maestra de muchas bailarinas y profesoras de danza y una pionera en la disciplina a nivel mundial. Viviana Viverti fue alumna de Alicia Bozzi, luego llevó la Barra a Terre al Teatro San Martín y sumó su testimonio a Castelar Digital: “La Barra a Terre es una disciplina de entrenamiento en danza que sirve para fortalecer los grupos musculares que se necesitan para realizar los gestos de la técnica clásica. Una de las características más importantes es que al trabajar acostados sobre el piso, la gravedad tiene otra relación con el cuerpo. De este modo no recae sobre las articulaciones principales de manera vertical sino horizontalmente permitiendo un trabajo de apertura articular a través de la contracción excéntrica de las cadenas musculares. Alicia es una excelente maestra que sabe trabajar con cuerpos más difíciles para la danza. Sabemos qué hay condiciones naturales que favorecen la resolución de los movimientos, cuando se presentan cuerpos más resistentes o menos habilitados por decirlo de algún modo, la Barra a Terre ayuda muchísimo porque a través de la contracción excéntrica se gana fuerza y flexibilidad por lo tanto hay más espacio en las articulaciones. A mí la Barra a Terre justamente me dio esta posibilidad de habilitar el cuerpo para la danza, Alicia supo guiarme y alentarme para ser constante en el trabajo porque se requiere de mucha disciplina y mucha voluntad. La práctica ideal es todos los días o dos o tres veces sin faltar, de esta manera el trabajar empieza a sentar huellas, la musculatura tiene memoria y a través de la práctica se la educa. Puedo decir que la Barra a Terre me permitió conocerme y me abrió puertas a la investigación. Hoy en día yo también doy clases de técnica y sigo utilizando este método como entrenamiento para la danza. Es un entrenamiento desde la investigación del propio cuerpo en movimiento”.

“Un alumno parado puede tardar tres años en descubrir algo que con Barra a Terre lo descubre en un día”


La música sigue inundando Estudio Ensayo y la charla se vuelve cada vez más técnica pero la explicación sobre cómo la Barra a Terre modifica la musculatura, al evitar los límites de la gravedad, ofician de cierre a la entrevista: “el piso me marca por dónde va la columna, cuáles son mis puntos de apoyo, hago los pasos de clásico o cualquier otro pero con mi columna alineada al piso, para hacer eso tengo que hacer un gran abdominal porque presiono el abdomen contra el piso. Cuando yo estoy parada no puedo hacer todo eso, no puedo transmitirlo, cuesta un montón. Un alumno parado puede tardar tres años en descubrir algo que con Barra a Terre lo descubre en un día, en un mes o en diez minutos. Desde que se da cuenta después ya puede corregirlo, reforzar para que lo mecanice y no lo tenga que pensar y así avanzamos muchísimo. Sin gravedad despegamos las articulaciones y te permite crecer, yo crecí dos centímetros cuando hacia Barra a Terre porque tenés despegadas las vertebras, la cabeza del fémur, crece el cuello. La musculatura se hace a la forma que vos le das, le exigís a la musculatura que se estire y son milímetros que logras pero en el movimiento de la bailarina se ve mucho más laxo. En el escenario se ve quién hace Barra a Terre”, finalizó Alicia Bozzi.

Entrevista y redacción: Leandro Fernandez Vivas
Fotos: Gabriel Enrique Colonna

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