Apenas algunas casas por manzana y calles de tierra en casi toda la localidad. El tren se hacía escuchar en cada barrio y a varias cuadras se podía ver el trajín de las locomotoras a vapor que competían par a par con el nuevo sistema eléctrico. Algunas primeras instituciones y clubes y también los primeros comercios que abastecían al pujante pueblo de Castelar.

Con conexión directa a Buenos Aires, muy cerca de Morón, pero en una zona de casas quintas, el pueblo de Castelar era el lugar ideal para establecerse y ver crecer a la familia. Así lo entendieron muchos de los habitantes que lo eligieron durante la primera mitad del siglo pasado.

El Instituto y Archivo Histórico de Morón se dedica a proteger, estudiar y difundir los hechos que componen el pasado común de los habitantes. Documentación, decisiones de gobierno, fotos, mapas y mucho más se atesora en su sede de Haedo. En su perfil de Facebook difunde aquellos contenidos especiales, atesorados y que impactan en la memoria colectiva. Hace pocos días contó la historia de Pisano Hermanos, un comercio que nació en 1930 para dar respuesta en materiales a los nuevos vecinos.


La casa Pisano Hnos. fue inaugurada en 1930, estaba ubicada en la calle Alvear 870 – 78 (Actual Bartolomé Mitre), se dedicaba a la venta de materiales de construcción, ferretería y pinturería.

En 1969 uno de los hijos de la familia se separó del negocio del corralón e instaló la primera Pinturería Pisano cuya casa central estaba en la calle Bartolomé Mitre 2370 en Castelar.


Pinturerías Pisano es otro de los comercios icónicos de Castelar que construyó con su actividad el perfil de la ciudad. Juan José Pisano, su creador, fue reconocido como Presidente Honorario del Centro Comercial e Industrial de Castelar el año pasado.

Castelar Digital recuerda una extensa entrevista realizada a Juancho Pisano en 2010 en la que rememoró el momento en que comenzó con su negocio: “En 1969 decido separarme de mi papá y de la ferretería, así es que le compré todo lo que era pintura. Fue un proyecto que armamos con mi esposa y arrancamos en un lugar aparte del que estábamos, un local que me alquiló mi padre. Vendimos la casa y la camioneta que teníamos, para pagarle la parte de la pintura. Ella y yo aun somos los socios. Tuvimos mucho éxito en Castelar y hasta venían de Morón y de Ituzaingó a comprarnos. Yo vi que había que abrir una casa especializada en pintura. A mí me gustaba vender pintura. Pero mi papá me decía que la pintura no daba margen, porque se vendía muy barata. Pero se vendía mucho más que las cosas de ferretería. Yo le decía 'Con la ferretería vos sos un hombre pobre, que va a morir rico'. Se tiene un capital enorme y se vende de a muy poquito. Pero él no entendía bien el negocio de vender lo que no era suyo. Yo compraba la pintura a  90 días y la cobraba cash. Entonces cuando terminaba de vender, hacia otro pedido y pagaba lo anterior. Trabajaba sin stock prácticamente. Las fábricas competían entre sí para poner su marca, entonces te facilitaban ofreciéndote más tiempo de pago”.

La nota completa a Juancho Pisano se puede leer en el siguiente LINK.

Fuente: Historia Morón