"Nosotros, que ibamos a ser amigos toda la vida..." por Dante Pena
En alguna otra anécdota he comentado que por alguna razón, el sitio donde yo vivo, siempre termina siendo el punto de reunión de los amigos ocasionales, y de los no tan ocasionales. Tal vez sea por eso, que siento mas que los demás, cuando las personas van desapareciendo del mapa. Cuando un buen día se transforman en un recuerdo. O cuando después de mucho tiempo sin pensar en ellos, me pregunto: ¿Qué habrá sido de tal o cual?...
He tenido suerte en mi vida con la amistad. He formado parte de muchos grupos de amigos. Algunas veces, las personas que los formábamos, nos cruzábamos en otro grupos. Podíamos ser amigos del barrio, e ir al mismo colegio; o ser del mismo colegio y terminar perteneciendo al mismo equipo de fútbol del club. En esos casos, la amistad se veía reforzada por las aficiones. Pero al final, un suceso fortuito, una relación, o el mas tonto de los problemas; terminaban por hacer desaparecer esa unión. La sensación de que sin haber mediado discusión alguna, el resultado de esa amistad era el mismo que cuando en un grupo, dos componentes se pelean, y fragmentan los sentimientos de los demás, provocando la desunión.
Siempre he creido que Castelar era un buen lugar para tener amigos. Los barrios de casas amplias y sin prácticamente edificios de mas de tres pisos, hacían que todos nos conociéramos. Uno era "el hijo de la Tota", o el "sobrino de Juan de Los Palotes"....en mi caso yo era "Dante, el nieto de la abuela española". Éramos fotocopias de otros barrios: en todos había un "tano". "un turco", un "ruso", "el gaita", "el gordo", o algún que otro sobrenombre un poco mas fuerte de digerir. Pero entre nosotros los motes no dolían...claro, éramos amigos.
Dentro de pocos días cumpliré 43 años. Algunos a esta edad están en plena "crisis de los 40´s", pero como yo vivo en una crisis constante, mi edad ha pasado a un segundo término. Tal vez sea por eso, que mirando a los demás, siento que he cambiado poco. No llego a comprender las razones de las personas para poner fin a lo que en otro momento fué una "buena amistad".
Reconozco haberme mandado alguna que otra cagada dentro de algún grupo de amigos. Algunas veces me han descubierto. Otras he callado mis culpas. Y unas pocas, luego de muchos años, he confesado mis pequeñas maldades. En éstos últimos casos, me ha conmovido, cuando el perjudicado por mi error, me decía: "ya lo sabía, pero no te dije nada porque eras mi amigo"... ¿Entonces eso es la amistad?...¿La amistad es el equilibrio?.
Esgrimimos una serie de excusas para romper una relación. Un trabajo; una diferencia económica; un cambio en el status social; una novia, (o novio), que crea tensiones; un viaje. En mi caso, al irme lejos, puede que sea ésta, la causa de que algunos de mis antiguos amigos ya no sientan lo que antes sentían por mi. Sin embargo, los tengo en mi memoria. A ellos y a las situaciones vividas. Como los capítulos de una miniserie de televisión. ¿Esa forma de definir las relaciones como capítulos, es lo que llaman "etapas de la vida"?. A medida que nos vamos haciendo viejos, ¿"quemamos etapas", o simplemente nos vamos cerrando a sentir cosas nuevas?. No se como definirlo, ya que soy un producto de mi desordenada y bohemia existencia, y todavía no me dá la gana de cerrarme a nada.
Hace pocos días, hablé por teléfono con una amiga de Castelar. Casada con otro amigo del barrio. Nosotros tres, y otros mas, formábamos parte de un grupo de chicos en una iglesia de Castelar, de la cual hice mención en otra de estas historias que suelo contar. Hablamos un buen rato. Me sorprendió su sinceridad. Mas me sorprendió, cuando me dijo que le había comentado a otros amigos y amigas de ese grupo, de mi intención de volver a tomar contacto con ellos. Simplemente me dijo: "Disculpame Dante, pero me dijeron que no les interesa"...
Eso me dolió mucho mas que si me hubiera dicho que alguien me odiaba por alguna macana de mi adolescencia. Más que si me hubieran condenado por haber hecho una mal, o por haber sido mala persona. Me jodió el temita ése del "no interesa"....igual que si les estuviera ofreciendo un juego de cacerolas como un vendedor ambulante. Como si esa "etapa quemada", no significara nada. Como si se pudiera borrar con una goma gigantesca, horas y horas de felicidad y camaradería. La verdad, me dolió mucho mas que cuando me agarraron en alguna de mis cagadas.
Puedo decir que tengo amigos en los puntos mas distantes del planeta. A veces, por las noches, mi Messenger me avisa que alguien ha entrado al pequeño mundo cibernéticamente globalizado de Internet. Puede que sea mi amigo Alejandro desde Suiza, o mi amigo Víctor desde Buenos Aires. Puede que sea Pablo, con el que siempre lloriqueamos un poco. A veces es Marisel, desde Chivilcoy, con la que hablo durante largos ratos, y me transmite sus quejas acerca de mis frecuentes desapariciones y lagunas. O tal vez....Gabriela...Sí, "Esa Gabriela".La de la anécdota del amor de mi niñez, a la cual encontré muchisimos años después, Internet mediante. Le conté de mis sentimientos hacia ella cuando era un chico, y en mi adolescencia. De mi silencioso amor, y de mi eterna cobardía....me alegré muchísimo de conocerla. Porque me dí cuenta de que no la conocía. Solo estaba enamorado de su exterior, de su belleza física. Ahora siento alegría de saber que ademas de su belleza exterior, (la cual perdura), es una persona especial. Ahora la considero mi amiga. ¿Entonces Gabriela es una "nueva amistad"?, ¿o es una vieja amistad?.
Por todas estas cosas me resisto a creer que la amistad desaparece totalmente. Siento que algunas personas ya no son lo que eran cuando chicos o adolescentes, pero que si ese pequeñísimo piolín que antes nos unía, sigue intacto; esa amistad puede ser recuperada de alguna manera.
Alguien dirá por ahí, que el mundo ha cambiado. Que hay mas egoísmo. Que la televisión y el ocio digitalmente personalizado de la informática ha hecho que los jóvenes de hoy día estén mas cerrados a los grupos de amigos. No lo veo así. Sigo viendo grupos de chicos por las calles. Tal vez un poco mas salvajitos que antes. Tal vez un poco menos respetuosos de las normas. Pero soy un mirón empedernido. Soy un observador del mundo. Y en sus caras veo los mismos gestos, las mismas sonrisas, y las mismas lágrimas de mi adolescencia. Entonces, no estoy tan equivocado como pensaba.
Seguramente todos guardamos fotos de grupo. Fotos de campamentos, o de algunas vacaciones. Imágenes de aquél viaje de mochileros colados en un tren. Cuadraditos de colores amarillentos del pasado. Como aquél viaje a Puerto Madryn precisamente con este grupo de amigos de la iglesia, en el que manejé durante mas de 4000 km un cochambroso Citroën Ami 8, al cual se le pinchaban las ruedas cada dos por tres. Recuerdo ese viaje como si fuese ayer. Cuando preparábamos el coche en el patio de mi casa de Castelar. La ida, cargada de ilusiones por la aventura. El dormir sentado detrás del volante en el medio de la nada, en la Patagonia. Las risas cada vez que se rompía algo en el coche. Y la baranda de los pies de Marcelo dentro de la carpa que me había prestado mi viejo. La vuelta triste, después de enterarnos de la muerte del padre de mi amigo Víctor. O el llamado a la colimba de mi amigo Daniel...puedo recordar hasta la música que sonaba en la radio, en el momento que interrumpieron la transmisión, para dar la noticia de la explosión del transbordador espacial Challenger, en ese mes de Enero de 1986.
Pocas personas pueden afirmar que tienen un amigo que los conoce totalmente. En mi caso, mis "nuevos amigos", (los de los últimos 20 años), sólo conocen de mí a un gordo rompebolas, de barba tipo candado, ciclotímico y con largos períodos de reflexión acerca del significado de la vida, que normalmente a nadie le interesa.
En cambio, mi otro grupo de amigos, los que me conocen del barrio o del secundario, sólo conocen de mí, a un gordo rompebolas, ciclotímico y con largos períodos de reflexión acerca del significado de la vida.....pero sin barba tipo candado. O sea: Si yo soy el mismo. ¿pueden ser estos dos grupos de amigos compatibles?. A veces si, a veces no. ¿Será por la barba?
Hay otro factor. Según un psicólogo que tenía el teléfono cortado por falta de pago, soy absolutamente infantil. Pues bien. Debo entender que si se me da muy bien tener amigos, es porque soy infantil. Si el "ser adulto", implica renunciar a esa amistad incondicional de la niñez, prefiero seguir siendo un niño. Además los adultos tienen que pagar muchas facturas.
Cada vez pienso mas en como será mi vejez. Todavía soy joven, pero pienso mucho en ella. Antes soñaba mucho mas que ahora, pero eran otro tipo de sueños. Hay una constante en ellos. Me veo viejo, tal vez con una gorra gris como la de mi abuelo. Puede que con una pipa en la boca, como la de mi viejo. Pero no me veo en Madrid. Me imagino sentado en un banco de la Plaza de Los españoles, en Castelar. Mirando como juegan los chicos. Un viejo gordo rompebolas, de barba tipo candado, ciclotímico....y que ya no pierde el tiempo buscando el significado de la vida. Tal vez porque la vida no tenga significado alguno, sino que es un cúmulo de vivencias y sensaciones que a veces desperdiciamos pensado en boludeces, y corriendo detrás de metas que al final de nuestras vidas se transformen en ridículos puntos de partida. Quién sabe....en ése futuro incierto pueden ocurrir muchas cosas. Tal vez una tarde fumando mi pipa en la plaza de Castelar, otro viejo se siente a mi lado, y me diga: "¿Usted se llama Dante?"....soy Fulano de Mengano, y creo que alguna vez fuimos amigos....
Pegado a la ventana de mi taller en Madrid, viendo como afuera nieva copiosamente; los saluda:
Dante.