No me lleves a lo llano, por Analía Emilia González
Analía Emilia González vive en Villa Luzuriaga, La Matanza, y es alumna del Taller de Analía Bustamente brindado en El Balcón, Luis María Drago 2497, Castelar.
No me lleves a lo llano, hay restricciones, roces, odio, venganza y tormentos.
No me lleves a contemplar en la cara de los demás la estrategia, la consecuencia, la imprudencia.
Es en lo alto donde descubro la justicia, la libertad, la belleza.
Es allí donde no hay intermediarios y se aprecia la bondad, la compasión, el deseo, la comprensión.
No me dejes en la superficie, donde todo esto parece extinguirse y donde la gente las suelta en dos minutos de ser tomadas para retomarlas al final del día o a veces hasta nunca.
No quiero odiar para amar, querer para sentir, huir para rencontrarme, vivir para renacer.
Necesito al otro. No es de mi propiedad el mundo.
No creo en una evolución ética individual. En las purificaciones para pasar a otro estadio.
El hombre se debe al hombre, nació de él y es de su pertenencia.
Y cuando lo interpele la muerte, antepondrá vida guardada entre cualquiera de sus gestos.
No hay más trascendencia que el ser humano, perdón pero en esto se asemeja al estado alto.
Porque el mundo acude al hombre. Y cuando lo hace no es gratuito, requiere necesariamente de, aunque sea su reflejo, de su sonido, de su imagen, de su pensamiento.
La confluencia perfecta entre tierra suave, inmediata y práctica y universo brillante, lejano y anhelado.
Analía Emilia González, Villa Luzuriaga
Alumna del taller de Analía Bustamente