Desde el aula al mundo. Tras meses de estudio y más de dos años de desarrollo, que incluyó a varias decenas de alumnos de la Escuela Técnica 1 República del Paraguay de Ituzaingó, el proyecto ecológico Flocunat dio sus frutos y alcanzó los máximos reconocimientos. Pero aún hay más y mucho a recorrer fuera del país.

Los estudiantes Ariana Terenzi y Valentín Maiolo, acompañados por la profesora Esther Voiro, viajarán a fines de agosto a Suecia para participar del Premio Mundial Junior del Agua, representando a todo su curso, por una investigación y proyecto que promete filtrar el agua de rio con semillas de un particular árbol.

El proyecto Flocunat propone purificar el agua con la utilización del árbol Moringa Oleifera, una especie típica de la India de la que se aprovecha todo porque incluso sirve como complemento alimenticio. En este caso las semillas son las encargadas de purificar agua de río: “La semilla de moringa actúa como floculante lo cual quiere decir que elimina ese color marrón presente en el agua de rio. Luego de esto se procede a desinfectar ya sea física o químicamente, obteniendo así agua en calidad potable”, explicó Ariana Terenzi a Castelar Digital y completó, “nuestro proyecto cuenta con un dosificador el cual nos ayuda a saber cuánta cantidad de semilla se tiene que utilizar para tanta cantidad de agua que vayamos a querer purificar”.

La investigación realizada por la escuela de Ituzaingó fue premiada durante el año pasado a nivel local, regional, provincial y nacional. Ahora es el momento de llegar al mundo: el primer llamado llegó de Suecia invitando a los estudiantes de Ituzaingó a participar del Stockholm Junior Water Prize. Luego otro llamado los invitó a cruzar la cordillera también a defender su proyecto ecológico en Chile, en el concurso internacional Concausa que con el apoyo de las Naciones Unidas, Unicef, Cepal y la fundación chilena América Solidaria, busca difundir las propuestas de innovación social que los adolescentes de América. “Estoy ansiosa, nerviosa y muy contenta. Por el lado de mis compañeros, creo que todos estamos iguales, todos somos parte de este proyecto, ya sea nosotros que somos la tercera generación del proyecto como también la primera generación y la segunda, todos muy contentos y ansiosos por representar a nuestra Argentina con un proyecto que fuimos formando cada uno de nosotros de a poquito”, confió la vecina.

El certamen de Estocolmo es considerado el Premio nobel del Agua y en donde cientos de equipos de jóvenes investigadores se encuentran para compartir experiencias, conceptos y ganar el apoyo financiero para desarrollar el proyecto: “tengo muchas ganas de conocer distintas culturas, me emociona saber que voy a compartir habitación con otras chicas de distintos países! Y también ver los distintos proyectos de cada uno”.

La Escuela Técnica Nº1 se encuentra ubicada en Mansilla 877 y es un emblema de la educación especializada en el vecino distrito y se transformó en el escenario de investigación y desarrollo del proyecto Flocunat, el que contó además con el apoyo de la comunidad de Ituzaingó: “La escuela es donde surgió este proyecto y pudo empezar a desarrollarse. La municipalidad ayudo muchísimo por el lado poder tener las semillas y muchos recursos más. También para realizar muchos ensayos del laboratorio, al no tener los insumos y el equipamiento necesario, recibimos ayuda de diversos laboratorios de la zona”.

Las fechas son clave. Entre el 25 y 29 de agosto el equipo de Flocunat estará en Estocolmo contando la experiencia de Ituzaingó. Entre el 20 y 26 de noviembre estará en Santiago de Chile junto con otros 16 grupos de todo el continente. En ambos casos son jóvenes investigadores que llevan adelante proyectos que pueden impactar directamente en la vida de quienes lo apliquen y cada encuentro sirve también para motivar a otros jóvenes a que sigan investigando y apuesten por sus proyectos: “la vida esta para aprender día tras día, si las cosas salen mal que no sea un motivo por el cual dejar de seguir con un proyecto, sigan, vean qué salió mal, sigan intentando. A los chicos y chicas que quieran llevar adelante proyectos científicos les diría que se la jueguen. ¿Va a llevar mucho tiempo? ¡Sí, pero ese tiempo va a ser de puro aprendizaje y puede traer muchos frutos! ¡Todo esfuerzo vale y más cuando uno lo hace con el objetivo de ayudar a las personas!”, finalizó Ariana Terenzi.

Entrevista y redacción: Leandro Fernandez Vivas