Juana Teatro Bar: Murales, música y cuentos transformados en un restaurant
Por: Gabriel Colonna, Leandro Fernández Vivas.Juana Resto Bar no es sólo una cervecería, es una sala de arte enclavada en el corazón de Ituzaingó. Con todos sus espacios intervenidos, jugando con las imágenes de los cuentos infantiles clásicos, propone disfrutar todo el entorno desde sus mesas. Surgida de la idea de Martín Quintana, quien aportó su experiencia en herrería para darle forma y detalle a cada rincón del lugar, sorprende a todos sus clientes.
“Juana es un bar intervenido artísticamente, completamente, con diferentes ideas y conceptos. Pero está todo intervenido, hasta el techo del baño tiene arte”, explicó a Castelar Digital Cristian Maidana, quien primero fue cliente habitué y luego ingresó a trabajar en el bar encargándose de sus redes sociales. “En el interior hay referencias a El Principito, a Alicia en el País de las Maravillas y al Mundo del Revés de María Elena Walsh. Afuera está Peter Pan, pero también escenas de guerra. En el patio se encuentran en bien y el mal”, completó el vecino.
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Ubicado en Belgrano al 21400, casi esquina Camacuá, a sólo dos cuadras de la Estación de Ituzaingó, sobre segunda Rivadavia, es uno de los bares más convocantes de la zona oeste. “Juana es un lugar donde me escapo del mundo. Me puedo encontrar con gente, con arte, puedo venir solo o acompañado, y siempre me transmite algo. He estado un montón de veces y siempre me transmite algo más”, destacó Maidana.
Según relató el vecino, la idea original fue remitir a los cuentos de la niñez, a las sensaciones que brindaban los relatos de las aventuras de Alicia o Peter Pan. El arte permite que el bar sea dos en uno. De día se aprecian los murales, las formas y cada dibujo. Pero por la noche, con luz ultravioleta, las figuras se separan de la pared y parecen cobrar vida. Para todo cliente es una experiencia única apreciar, con la caída del sol y la llegada de la noche, como los murales del patio se transforman.
La firma de Martín Quintana se aprecia incluso en las estructuras del bar. Muchas de sus ventanas, barras, cerramientos, o incluso una pared entera, están construidos a partir de ventanales o piezas metálicas recuperadas, salvadas de demoliciones o conseguidas en locales dedicados a la compraventa. En el patio, se puede apreciar un sector privado espacial: La Casita del Árbol. Se accede por medio de una escalera construida a partir de ruedas de metal ancladas en el árbol que le da sostén y cuenta con una increíble cúpula de cristal debajo de la que se colocó, estratégicamente, un cómodo sillón. “Que la gente venga y viva su propia experiencia en Juana, cada uno le puede encontrar diferentes sentidos de acuerdo a su ser, a su persona”, finalizó Cristian Maidana.
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Juana se autodefine teatro porque fue muchas veces elegido como escenario para presentar obras de teatro o por músicos que acompañan la cena con su arte. Mónica Villaalta lleva adelante el bar junto con Quintana y explicó a este medio que el bar está abierto para todo tipo de propuestas: “Los artistas que tenemos son de todo tipo, Juana está abierta a quien quiera exponer pinturas, fotografías. Tenemos el Ciclo de la Luna Llena, que es una noche de magia, tarot y esoterismo. Los jueves vienen artistas a cantar, a tocar. Y los sábados y domingos hay DJs y propuestas gastronómicas para acompañar esos momentos”.
En el patio, sobre la barra final del espacio, se erige un barco pirata que lleva la firma del artista Swan. Se trata de un mural que, como muchos de los que lo acompañan, cuando cae el sol y es iluminado especialmente parece desprenderse de la pared. La misma firma lleva la obra de la Última Cena que enmarca el patio y compite en atención con la parte baja de la pared que lleva una obra de otro reconocido artista del oeste: DAME. El barco, según su autor, es la unión entre el mundo de fantasía de Peter Pan y la realidad que puede ser cruel, como la guerra. “La idea que tiene el bar es mostrar distintos cuentos y tener todo el bar intervenido. A mi me tocó el patio, de un lado está Peter Pan y del otro la guerra, la parte más oscura de la vida. Entonces en el medio está el barco que une las dos partes. Es el barco del Capitán Garfio, es donde se da el choque entre el bien y el mal”, señaló el artista.
“La Última Cena se pintó sin bosquejo. Martín me contaba lo que quería, sus ideas, y yo iba improvisando. Fue un mes entero de pintar todos los días sin previa. Es una última cena distinta, es una mirada propia, más oscura”, completó Swan.
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El ambiente se completa con distintas obras de madera y hierro. Un gigante ciempiés sale de la cocina y escapa por el techo mientras una libélula mira desde una columna y un águila, tallada en el tronco de una madera, vigila a las mesas. En cada rincón hay un detalle. La barra simula ser una trinchera donde en vez de fusiles se aprecian los picos de las choperas de las cervezas artesanales. Visitar el lugar es una experiencia única que se completa con la cocina de autor, los tragos y la buena compañía.
Gabriel Colonna
Fotógrafo
Fotógrafo. Programador Web. Emprendedor.
Fundador y Director Ejecutivo de Castelar Digital.
Socio Fundador de GAMA Taller de Imagen.
Socio Fundador de Ocho Ojos.
Leandro Fernández Vivas
Periodista
Técnico Universitario en Periodismo.
Director Periodístico en Castelar Digital.
Socio Fundador de Ocho Ojos.