Blanco y negro, de Juan Carlos Piñeyro
Su muestra, a la que asistí la semana pasada me dejó impresionado. No soy un entendido, pero suelo asistir a cada exposición que puedo. Me gusta observar las obras en general, luego entro en particularidades. La luz. Los trazos. El impacto de los colores. El clima general. Observando, comienzo el juego de empatizar, en mayor o menor medida con la intención del autor. Esta última muestra fue algo diferente.
Al artista, no lo conocía. Llegué en blanco. Sin ideas formadas, ni preconceptos. Algo que, uno no quiere reconocer, siempre tiene. La primera obra, un cuadro de una mujer muy mayor. Rápidamente sentí sus décadas, su tristeza, su existencia. Una sutil combinación de luces y sombras, dibujaban sus arrugas. Una percepción tan intensa, como la carga de esa mujer. Una obra básicamente en blanco y negro, con un solo color acompañando. Pase a otra y a otra. Todas con la misma técnica, blanco y negro con el agregado de un único color. Pero con una transmisión de carga anímica nunca experimentada.
En la nota, el periodista remarca, la notoria emocionalidad de su obra y la simplicidad del colorido. Arranca comentando:
“La expresión de un artista, es la necesidad de mostrar su sensibilidad. Yo siempre arranco con blancos y negros. Colores neutros. Como algo inerte. Poco a poco va tomando forma. Esa forma va cobrando vida. Esa vida necesita color. Eso me lo reclama el lienzo.”
¿Por qué, Arturo, un único color además de los neutros?
“Mis obras, son un reflejo de la vida. Ellas siempre tienen un sentimiento primordial y es ése, el que busco expresar.”
Leyendo la entrevista, voy comprendiendo parte de lo vivenciado en la muestra.
Arturo ¿Cómo es la elección de ese color?
“A priori, no sé qué color me reclama. Sí, sé qué emoción o sentimiento quiere plasmarse. Tomo la paleta y espero. Cúal es la necesidad de la obra y la oferta de los colores. Aparece y donde me lleva el pincel, lo vuelco.”
A medida que voy incorporando la entrevista, me dan ganas de volver a la muestra. Siento que no alcanzó el indescifrable tiempo que pase frente a cada cuadro.
- Arturo, dentro de una gama de colores, cada matiz, popularmente, representa un sentir. El rojo la pasión. El verde la esperanza. Y así el resto. Pero no es esto, lo que percibo de tus respuestas. Esta no es la manera de elección.
“Tenés razón. Para mí, los colores viven en el alma, no en los ojos. El afuera, se me expresa con emociones, no con colores. En mi percepción del mundo, sólo existe el blanco y el negro, soy daltónico”
Juan Carlos Piñeyro
Alumno del taller de Analía Bustamente