Bajo la sombra de nuevos árboles nativos, Castelar se convirtió en la primera parada de la Autopista Papa Francisco en Morón. La jornada se desarrolló en el marco de la campaña internacional Ruta Verde, que impulsa la creación de un corredor biológico continental desde Tierra del Fuego hasta Alaska para mitigar los efectos del cambio climático y recuperar la biodiversidad urbana.

La Autopista Papa Francisco se construye de manera simbólica y concreta al mismo tiempo: cada comunidad suma una “baldosa” verde al plantar y cuidar especies autóctonas en plazas, veredas, escuelas y templos. De esa forma, pequeños nodos de forestación se enlazan en un gran corredor que permite el regreso de aves, mariposas y polinizadores a la ciudad.

En Morón, la primera posta quedó marcada en Castelar, donde vecinos, instituciones y organizaciones de distintos credos participaron de la plantación comunitaria. El encuentro reunió al secretario de Educación y Desarrollo de la Comunidad, José María Ghi; al director de Relaciones con la Comunidad de la Provincia de Buenos Aires, Jorge Piccoli; al rabino Lasi Ludman de Beit Jabad Zona Oeste; a Juan Carr de Red Solidaria; a Pablo Ciciaro de la Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días; al pastor Walter Haberl del Consejo Pastoral Evangélico de Morón; a Antonella Fernández de la Iglesia del Salvador; al Padre Charles y Ariel Fernández de la Iglesia Metodista; a la directora de la Escuela Especial Nuestra Señora de la Esperanza de Haedo, María Belén Otero; y a Paula Porce de Cáritas Diocesana de Morón, entre otros referentes comunitarios.

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El nombre de la iniciativa rinde homenaje al mensaje del Papa Francisco en la encíclica Laudato si’, que llama a cuidar la “casa común” y a transformar la preocupación ambiental en acciones concretas de base comunitaria. En Castelar, ese mensaje se tradujo en la plantación de ejemplares nativos que quedarán como primer hito de la Autopista Papa Francisco en Morón.

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