El sustento económico de una familia puede transformarse en el lugar de reconocimiento de todo un barrio. Los lugares que habitan los vecinos conforman la memoria colectiva y la identidad de una ciudad. Desde plazas a calles, de comercios a teatros, y también sus veredas. En Ituzaingó la vereda ubicada en Zufriategui 759 es célebre por la forma en que están confeccionadas sus baldosas, con miles de llaves.

Hace más de 50 años, en el pequeño local ubicado a media cuadra de la plaza abrió la Cerrajería Del Río. Al final de la década del 80 los hermanos Franco y Lilo Galeano volcaron su experiencia como cerrajeros en un negocio propio y le compraron el fondo de comercio a Del Río. 34 años después llegó el momento de jubilarse.

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“Cumplimos un ciclo, llegó la hora de descansar”, explicó Franco Galeano a Castelar Digital mientras, de vacaciones, mira las olas del mar argentino desde una localidad balnearia de La Costa. “Mi hermano tiene 75 años, yo tengo 72, nos ganamos las vacaciones”, completó.

Buenos en sus servicios, los hermanos Galeano son recordados por los miles de clientes, vecinos y amigos, a quienes le repararon cerraduras, le hicieron copias de llaves y, algunos también, salvaron de quedarse encerrados o fuera de su casa. Pero muchos miles mas conocen el comercio por su particular vereda. Se trata de unas 6000 llaves que, incrustadas en las baldosas, llaman la atención y ganan fotos y miradas.

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En una nota publicada en La Ciudad Web a partir de un móvil de Radio Kamikaze, el mismo Franco relató cómo surgió la icónica vereda: “Mi padre era albañil y cuando se jubiló, para no aburrirse como todo tano, empezó a hacer baldosones son canto rodado, pero sus hijos le propusieron ponerle las llaves de descarte de la cerrajería”.

Con el comercio cerrado, muchos vecinos se preguntaron qué pasará con la famosa vereda. Franco tiene la respuesta: “La vereda se va a conservar, es un patrimonio de Ituzaingó, vienen turistas a sacarse fotos, nos hicieron notas… la cerrajería era conocida por todo el mundo y la vereda se va a quedar”.

Llaves doble paleta, simple paleta o llaves yale. Con forma de corazón, de estrella, mirando para un solo lado o desordenadas. Un montón de llaves que resistieron millones de pasos. Un comercio histórico que se jubila, pero deja para sus vecinos el legado de trabajo de una familia transformado en un detalle artístico y arquitectónico directamente en la vereda.

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