Apenas unas casas, el ferrocarril, quintas y tambos. Pocos árboles y el sonido constante del tren. Haedo era un paraje rural entre las más populosas Morón y Ramos Mejía, pero su población crecía incansablemente. El Ferrocarril del Oeste le daba su pulso sanguíneo y la llegada de La Cantábrica y otras fábricas, su quehacer diario. En ese escenario, hace 100 años, nació la Escuela Nº23 Hipólito Yrigoyen.

El 23 de noviembre una de las Primarias más antigua de Haedo celebró sus 100 años de vida. Directivos, docentes, alumnos, ex alumnos, vecinos, ex docente y toda la comunidad ligada a la institución celebró, bailó, cantó y se emocionó abrazando a la escuela.

La tarde fue distinta en la calle Los Andes, a metros de Caseros, un escenario, cientos de sillas, banderines, sonido y luces, se dispusieron para el festejo. Como todo acto escolar, comenzó con la llegada de los cursos, con el recibimiento de las banderas, continuó con discursos de docentes, cooperadores, alumnos, ex alumnos, ex directivos y hasta el Intendente de Morón, Lucas Ghi, quien fue docente de la institución. La música estuvo a cargo de la Agrupación Sinfónica de Morón y también de los músicos de la Escuela Taller de Artes y Artesanias Folkloricas (ETAARF) de Morón. Además,bailó el grupo Cielo Gaucho, un ballet formado por ex alumnos. Le siguió el coro Turma Vocalis, también de ex alumnos y se sumaron el grupo de Baile Urbano a cargo de las profesoras Yamila Corengia y Elian Picca y alumnos de 5º y 6º de la escuela.

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Entre los oradores destacó Patricia Ruiz quien fue directora de la Escuela 23 y actualmente es Inspectora Jefa Distrital de Morón quién detalló la importancia de la centenaria institución: “No todas las escuelas logran ese lazo tan fuerte con los que fueron sus alumnos. La Escuela 23 deja y ha dejado en cada uno de los que pasamos, alumnos o docentes, cooperadores o auxiliares, ha dejado una huella imborrable. Y si hay algo a lo que aspiramos los que trabajamos y elegimos trabajar en escuelas, en la escuela pública, es dejar huella”.

La docente recordó que fue directora de la 23 cuando se celebraron los 90 años. Ahora, en el centenario y con otro cargo, se sumó a los festejos. “Pocas hay comunidades, familias,  tan comprometidas con la educación de sus hijos como en la Escuela 23. Y digo comprometidas con la enseñanza, no hablo de lo superficial, hablo de que los maestros enseñan lo que tienen que enseñar, con la genuina preocupacion por que la escuela cumpla con la función por la que fue creada hace más de cien años: que los chicos salgan de la escuela sabiendo y aprendiendo, pero creo que el mayor conocimiento que nos da la escuela pública y eso también incluye a la Escuela 23, es la vivencia de lo que es ser ciudadano. La formación democrática que brinda la Escuela 23 la identifica, es lo que nos llevamos todos los que pasamos por acá en el corazón. Gracias por tanto, escuela 23”, finalizó la docente.

La jornada terminó con el descubrimiento de una placa en el interior del edificio educativo que recuerda los 100 años de trayectoria y con el infaltable sople de velitas y corte de torta.

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La Escuela 23 nació el 16 de octubre de 1923 por un decreto ministerial que ordenó crear una escuela común en Haedo en un local alquilado al señor Juan Ramón Martínez. El primer ciclo lectivo contó con 30 alumnos, una directora y una maestra. Se la consideró escuela rural por están emplazada en una zona dedicada a la producción agrícola, aunque este status duró apenas unos años, para 1927 ya era considerada Escuela Suburbana.

Durante sus primeras décadas de vida ocupó distintos locales siempre en el entorno de Haedo, hasta que en 1951 se terminó de construir su ubicación actual, en el bello edificio de Caseros 555. Desde entonces, la escuela 23 nunca dejó de crecer, de formar a los habitantes de la región y de enorgullecer a todo Haedo. ¡Feliz cumpleaños Escuela 23!

Castelar Digital quiere agradecer la ayuda brindada por Patricia Fernández, Directora de la Escuela 23, para la concreción de esta nota.

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