¡Feliz Cumple! La estación Morón celebra 160 años de historia
El Instituto y Archivo Histórico de Morón tiene como objetivo preservar la memoria material del pueblo que le da nombre. Entre sus tesoros se encuentran las historias, acontecimientos y anécdotas que le dan forma a la identidad del partido y sus localidades. Castelar Digital tuvo la suerte de recorrer sus instalaciones y conocer el trabajo que allí se realiza (Ver: Cuidando la memoria de Morón), además sus publicaciones, ya sea en formato revista o bien su perfil en las redes sociales, cuentan los detalles que esconden cada rincón del municipio. Ejemplo son la historia del Palacio Municipal o de instituciones como Arenil, solo por nombrar algunos.
En aquel 1859 el paisaje de lo que hoy es el oeste del Conurbano Bonaerense era muy distinto, cada localidad era un pueblo separado de los otros por varios kilómetros de campo. Castelar no existía como muchas otras ciudades que aún ni si quiere habían sido fundadas o eran apenas caseríos o quintas. La llegada del tren, con tres servicios diarios, colmado de visitantes fue un impulso económico para la región que delineó toda la región para hacerla crecer al punto en que nos alcanza al día de hoy. Aquel momento histórico está reflejado en la publicación efeméride del Instituto y Archivo Histórico de Morón:
160 AÑOS DE LA ESTACIÓN DE MORÓN
Año 1859. A las 7:00 am se detuvo en la Estación de Morón el primer tren procedente de la Estación Parque de Buenos Aires.
La llegada del ferrocarril permitió una conexión rápida y segura con la capital. Los días hábiles, los trenes de pasajeros llegaban a la estación de Morón tres veces al día: a las siete y media de la mañana, a las dos de la tarde y a las siete y media de la tarde. Los fines de semana se agregaban más servicios a los habituales: el pueblo se había constituido en una localidad turística de moda y en Buenos Aires se decía que sus aires eran muy saludables, apropiados para la cura de enfermedades pulmonares. Las familias porteñas llegaban al mediodía a dar un paseo por nuestras quintas y se volvían al atardecer. Gracias al ferrocarril, Morón dejaba atrás su pasado de aldea campesina y se iba convirtiendo de a poco en un próspero pueblo rural.
Al día siguiente de la inauguración, el periódico El Nacional comentaba el evento: “Sábado 5 de febrero de 1859 - Estreno feliz de la línea a Morón - A las 7 en punto de la mañana se detuvo hoy en la Estación de Morón el primer tren, con sus coches llenos de pasajeros... llegó allá conduciendo la banda del Regimiento, del Coronel Arenas, que penetró en el pueblo tocando hasta detenerse delante de la Prefectura. El pueblo estaba embanderado, el vecindario lleno de regocijo. Muy cerca de la Estación está el campo destinado para la fiesta campestre. El vecindario ha hecho un fondo de 9 a 10 mil pesos por suscripción y los hacendados inmediatos han dado 20 vacas para la fiesta....Las locomotoras han sido empavesadas, y la Estación Central está cubierta de banderas”.
Al inaugurarse la estación de Morón, los servicios todavía eran poco frecuentes. Había tres viajes diarios de ida y tres de vuelta a la estación del Parque. De aquí salían trenes a las 7.35 de la mañana, 2 de la tarde y 7.30 de la noche. Con la llegada del ferrocarril creció la afluencia de veraneantes. Morón era por entonces una zona renombrada por la pureza de su aire y su clima benigno, que llamaban la Córdoba chica. Según una noticia del periódico El Nacional, los jóvenes de las clases acomodadas venían en tren a tomar café a los bares cercanos a la estación y pasar la tarde charlando.
El ferrocarril tuvo también una enorme incidencia en el valor de los terrenos. En la provincia de Buenos Aires éste aumentó unas treinta veces entre las décadas de 1850 y 1870. Ello se debió a que el paso de las vías daba una mayor accesibilidad a la tierra.
En Morón, este proceso de valorización está identificado con el molinero francés Augusto de La Roche, que en 1855 compró 30 manzanas cercanas al pueblo en 16.000 pesos, y vendió cada una de ellas unos años más tarde a un promedio de 10.000 pesos. El loteo de esta finca permitió una ampliación del radio urbano.
En 1860 donó un terreno a la Municipalidad del lado sur frente a la estación, en el día de hoy se la conoce como Plaza La Roche.
Redacción: Leandro Fernandez Vivas
Fuente: @historiamoron